La enfermedad de Parkinson se presenta con una triada de síntomas motores característicos: temblores involuntarios, rigidez y bradicinesia, o lentitud en los movimientos voluntarios, que dificultan la movilidad y el equilibrio. Estos síntomas suelen ser el principal indicador para un diagnóstico, que debe ser confirmado por un neurólogo especializado. Sin embargo, la enfermedad puede manifestarse también con alteraciones en el sueño, el olfato, el dolor y problemas cognitivos, lo que complica la detección temprana.
Aunque la enfermedad se asocia principalmente con el envejecimiento, también puede afectar a personas más jóvenes. A partir de los 60 años, la prevalencia aumenta considerablemente, con un 40% de incidencia en personas entre 50 y 60 años, y llegando a mil afectados por cada 100 mil habitantes en mayores de 70 años.
Tratamientos Actuales: Avances y Desafíos
El tratamiento para el Parkinson se enfoca en la restitución de la dopamina en el cerebro, utilizando medicamentos como la levodopa, un precursor de la dopamina que atraviesa la barrera hematoencefálica y restaura la actividad neuronal. Sin embargo, este tratamiento tiene una eficacia limitada a lo largo del tiempo, ya que la progresión de la enfermedad continúa y las neuronas dopaminérgicas siguen muriendo.
El profesor Campos Romo explica que, aunque la levodopa proporciona una mejoría significativa en los primeros años de tratamiento, su efecto comienza a disminuir después de cinco a diez años. Esto se debe a que, conforme las neuronas dopaminérgicas se destruyen, ya no hay suficientes células para generar dopamina, lo que reduce la efectividad del medicamento.
Mirada al Futuro
Los esfuerzos científicos continúan con la esperanza de encontrar nuevas formas de frenar la degeneración neuronal y mejorar la calidad de vida de los pacientes. A medida que avanzan las investigaciones en áreas como las terapias celulares y los tratamientos moleculares, la comunidad científica se mantiene optimista de que, en el futuro, será posible no solo tratar los síntomas del Parkinson, sino también prevenir su progresión.
El Día Mundial del Parkinson es un recordatorio de la importancia de la investigación y la conciencia social en la lucha contra esta enfermedad, que sigue afectando a millones de personas en todo el mundo. El compromiso de científicos y profesionales médicos es clave para seguir avanzando en la búsqueda de soluciones efectivas que puedan cambiar la vida de quienes padecen este trastorno.